Benjamín Valenzuela TRAS EL LENTE DE UN MACKAYINO

Cuando en Octavo Básico su papá le regaló una cámara fotográfica semiprofesional, jamás imaginó que años más tarde esto se convertiría en su profesión y lo que le abriría la oportunidad de recorrer Chile capturando maravillosas imágenes de sus paisajes.

“En el colegio era el que siempre hacía las fotos o videos de mis compañeros. Incluso cuando en Primero Medio nos fuimos de viaje al norte, gané un concurso de fotografía. Siempre fue algo que me gustó, pero que  veía más bien como un hobby”.

Al egresar del colegio, Benjamín entró a estudiar Ingeniería Comercial, y al terminar la carrera se fue  a Australia por el Programa Work and Holiday. Allí pudo trabajar, y con lo que ganó, logró comprarse todo lo que necesitaba para volver a retomar la fotografía.

De regreso a Chile, entró a trabajar en una consultora, donde aprendió bastante de marketing digital, mientras en  paralelo continuaba con la fotografía. Hasta que el momento de tomar un nuevo rumbo llegó.

“Me retiré del trabajo y me dediqué por completo a la fotografía. Armé un proyecto y lo presenté en varios lugares. Hoy trabajo con varias marcas. El proyecto consiste en recorrer 43 parques nacionales de Chile en un auto eléctrico durante un año, haciendo un registro de cada uno de ellos. Llevo recién 4 parques y la experiencia ha sido maravillosa. Comencé por el norte, y en esto el viaje que hicimos por el colegio en Primero Medio me sirvió mucho”.

Conociendo la historia de Benjamín, vamos descubriendo que su espíritu mackayino destaca de inmediato.  “En esta etapa de emprender con la fotografía se me cerraron muchas puertas. El lema de “vence el que se vence” me ayudó a perseverar. El deporte y, en especial el rugby, también fueron parte importante en este proceso de seguir adelante y no rendirse”.

Este es un proyecto que me tiene muy contento, en donde he conocido historias humanas muy duras, que me han mostrado la realidad de personas y de la manera cómo viven en condiciones extremas que me resultan admirables. En fin, creo que ha sido un recorrido de muchos aprendizajes. Si tuviera la oportunidad de compartirlos con los alumnos del colegio, lo haría feliz”.

Queremos desearle a Benjamín mucho éxito en esta aventura que se atrevió a emprender junto a su señora. Un viaje que lo llevó a cumplir sus sueños y a demostrar al mundo que cuando el corazón es el que manda, nada puede salir mal.