Carlos Borrowman REVISANDO EL BAÚL DE LOS RECUERDOS

Comenzamos esta entrevista con una entretenida conversación junto al mackayino Carlos Borrowman, G-70.

El lugar de encuentro fue la biblioteca del colegio, quizás reflejando que detrás de libros y documentos, existe una valiosa historia que se asocia a los 166 años de historia que The Mackay School tiene en la región.

“Yo estuve en tres sedes de las siete que el Mackay ha tenido desde que se fundó. Entré al colegio cuando estaba en la Quinta Jones y después hice Tercero Básico en el colegio grande que estaba en calle los Castaños. Luego de un paso por Santiago y Estados Unidos, volví a la sede que ya tenía en Reñaca en el año 1965. Me iba bien. Tuve el premio de conducta y aplicación y me gustaba el deporte, en especial, el rugby. Una de las personas que marcaron mi paso por el Mackay fue Pedro Ramis, profesor jefe y de gimnasia”.

Carlos, conocido por sus cercanos como “Charlie”, destaca “The Spirit of Mackay”, aludiendo al espíritu de formación británica que el colegio mantiene hasta estos días.

Junto a Charlie nos trasladamos en el tiempo y llegamos al año 1857 cuando se funda The Artizan School, una alternativa para los hijos de británicos que vivían en la zona.

Con los años el colegio creció y se fue trasladando de locación, recorriendo una ruta que comenzó en el cerro Alegre, en donde tuvo tres sedes (Artisan School, Mackay Sutherland y he Mackay School), para luego llegar a Viña del Mar con un breve paso por el palacio Astoreca, continuando en la sede que estuvo ubicada en Los Castaños y en la Quinta Jones, para llegar finalmente a Reñaca, en el año 1964, a la casa de la familia Hamel, donde funciona hasta hoy.

Para Carlos, el espíritu mackayino es un sello que todo ex alumno lleva en el corazón, independiente de donde esté y de la generación que sea. “Cuando te encuentras con un mackayino, la emoción brota de manera espontánea. Recuerdo que años atrás, estando en Iquique junto a otro ex alumno, pusimos un aviso en el diario para congregar a los mackayinos que estuvieran viviendo en la zona. Al encuentro llegaron cerca de 25. Fue una gran experiencia”.

Hoy Carlos se encuentra encargado de rescatar la historia del colegio, con el fin de que las nuevas generaciones se empapen de lo que fueron sus orígenes y, de esta manera, sigan proyectando el espíritu mackayino hacia el futuro. Para ello se están trazando varios proyectos que se espera concretar durante el próximo año.

Por mientras, Carlos sigue en esa apasionante búsqueda por el baúl de los recuerdos, rescatando registros fotográficos y documentos que permitan mantener el espíritu mackayino tan vivo como lo ha estado en sus 166 años de historia.