Entrevista a Diego Ruiz, “DE REÑACA A MARYLAND”
Diego Ruiz
DE REÑACA A MARYLAND
Una hermosa historia de vocación es la que nos relata este mackayino de la generación 97. Se trata de Diego Ruiz, quien actualmente es sacerdote misionero del Instituto del Verbo Encarnado. Hoy trabaja en Mount St. Mary´s Seminary, ubicado en el estado de Maryland, formando a las futuras generaciones de sacerdotes estadounidenses.
¿Pero cómo es que Diego descubre su vocación? Su relato nos lleva a sus años en el colegio Mackay. Con cariño recuerda a Miss Luz María Domínguez y a Miss Ximena Badiola. “Rescato la gran dedicación y cariño que recibimos cada día de parte de los profesores. Solo tengo palabras de agradecimiento hacia todo lo que nos entregaron. Desde los primeros años nos inculcaron el sentido de la responsabilidad y la disciplina, valores que van formando el carácter. Me prepararon para responder, con la gracia de Dios, a desafíos cada vez más grandes, como la llamada al sacerdocio”.
Diego también recuerda con gran alegría cómo se abrían un sinnúmero de oportunidades de aprender y crecer a través del deporte, el arte, la música, la poesía y el teatro. “Estoy muy agradecido por las oportunidades que tuve de practicar teatro guiado por Carlos Salas, de aprender música de la mano de Guillermo Argomedo. Y de manera muy especial recuerdo a mi profesor jefe, Patricio Morales, quien me motivó siempre a escribir. Fue un apoyo constante desde Séptimo Básico a Cuarto Medio. Y quizás lo más importante, hacían su trabajo con gran amor y sacrificio, ¡y muchísima, pero muchísima paciencia!”
Hacia Séptimo Básico, Diego comenzó a preguntarse sobre los grandes temas de la vida. “Sin embargo, fue en Tercero Medio que me empecé a cuestionar de un modo más personal hacia dónde quería ir, cuál era mi propósito en esta vida y le pedí ayuda a Dios, quien me entregó una señal muy clara”.
Lo recuerda como si fuera hoy, era diciembre del año 1996. “Por primera vez vi que yo estaba llamado a ser otro Cristo, a tener su mismo corazón y dar la vida por la gloria de Dios y la salvación de las almas. Debo confesar que no me lo esperaba. Y como dicen algunos, el resto es historia…”
Esta llamada ha llevado al padre Diego a realizar estudios en Italia y a liderar misiones en distintos países como Irlanda, Albania, España, Filipinas, Guyana y Canadá.
“En todo este camino la formación del colegio ha sido fundamental. Lo primero que se me viene a la cabeza es el inglés. Sin el idioma yo no podría haber realizado misiones en tantos países o llevar adelante mi actual misión en Estados Unidos. En la evangelización todo sirve, en el sentido de que yo uso constantemente lo aprendido en música, teatro, arte y deporte para llevar las almas a Cristo”.
“El colegio, además,, me enseñó a darme cuenta que soy parte de algo mucho más grande. Que la historia no comienza ni termina conmigo, y así como muchas personas se han sacrificado desinteresadamente para que yo esté donde esté, yo también debo hacer lo mismo por otros”.
El colegio fue para el padre Diego una extensión de su familia. Allí también estudiaron sus cuatro hermanos: Tomás, Javier, Benjamín y Sergio. Allí forjó grandes amistades que conserva hasta el día de hoy. Por todo esto, y pese a la distancia, no se olvida de su querido Mackay y deja un mensaje para todos los alumnos.
“Todo lo que aprenden hoy es parte de un plan maravilloso ¡Dios tiene una misión para cada uno de ustedes y responder a esa llamada es lo más grande que pueden hacer con sus vidas!, Por eso aspiren a tener un corazón grande. ¡Como el de Cristo! No sean mediocres, aprovechen todas las oportunidades que les da el colegio para crecer como personas, cultiven verdaderas amistades y den lo mejor de sí viviendo el lema “Vence el que se Vence”. Así verán que la vida se transforma en una apasionante aventura que tiene como destino último la alegría infinita del cielo.”