Entrevista a Roberto Blanc. La huella de un exmackayino por el mundo.
Inglaterra, Italia, España, Estados Unidos y Canadá han sido los países en los cuales este exmackayino ha estampado una huella. Se trata de Roberto Blanc, generación 93, quien actualmente reside en Barcelona, desde donde amablemente nos concede una entrevista que nos lleva a repasar lo que fue su historia desde que salió de su querido Colegio Mackay.
Al egresar entró a estudiar Ingeniería Industrial en la PUCV. “Mientras estudiaba siempre tuve la inquietud de ir al extranjero, pues sabía que había algo más por explorar fuera de las fronteras del país”, comenta Roberto.
Y así fue como decidió tomar un vuelo con destino a Europa, solo días después de entregar su tesis. “Tuve como centro de operaciones a Inglaterra, pues en esa época salía con una chica inglesa. En un viaje que hice a Turín (Italia), a visitar a unos amigos, me entusiasmó la idea de quedarme a estudiar. Conseguí una beca para hacer un post grado que me tuvo por cerca de un año en dicha ciudad”.
Una vez terminado sus estudios, comienza una etapa laboral en la ciudad de Milán, producto de lo cual debía viajar constantemente a España. Es ahí cuando conoce la ciudad de Barcelona y se enamora de ella. Por eso cuando le ofrecieron la posibilidad de ir a trabajar para allá, no lo pensó dos veces.
Estando en Barcelona conoce a quien es hoy su señora. “Ella es de origen canadiense, por lo que siempre hablamos de qué lugar íbamos a escoger para vivir”. El tiempo hizo que la pareja se trasladara tiempo después a California, en donde Roberto estuvo trabajando en Silicon Valley y posteriormente en Montreal.
Un viaje a Italia, los llevó a tomar la decisión final de volver a Europa y radicarse nuevamente en esa maravillosa ciudad llamada Barcelona que años atrás había encantado a Roberto.
Hoy, producto de la pandemia, este exmackayino debe permanecer haciendo teletrabajo pasando varias horas encerrado en su casa. Por eso llevarlo a sus años en el Mackay, lo trasladan a un espacio en donde los recuerdos comienzan a ser los protagonistas.
“Me acuerdo de Pancho Sazo, profesor de Teoría del Conocimiento, quien una vez nos preguntó sobre qué creíamos que era lo más valioso de ser alumno del Mackay. Después de varias respuestas, nos hizo ver que el gran valor era a quien teníamos a nuestro lado: nuestros compañeros. Y claro, con el tiempo te das cuenta que es así, porque son ellos quienes se convierten en una verdadera familia y en tu red de contactos cuando ya eres un adulto”.
Hugo Fuentes, profesor de Matemáticas y Jorge Espinoza también figuran entre los profesores que Roberto recuerda con nostalgia. “Cada uno en su estilo, hacían que las clases fueran especiales. Tampoco puedo olvidar a los profesores de deporte y Guillermo Argomedo, profesor de música, quien impuso un sistema de enseñanza bastante visionario. En todos y cada uno de los festivales de música de la ABSCH siempre éramos la nota innovadora, entretenida. Aún me acuerdo una vez que tocamos Hey You de Pink Floyd, y la gente no se lo creía”.
“El Mackay se convierte en tu familia, y en lo personal, le tengo mucho cariño al colegio. Más allá de lo académico, existe una historia, una tradición y valores que te inculcan y que te van a servir a lo largo de tu vida. Creo que mucho de lo que he logrado fuera de Chile, fue en gran parte a lo que el colegio me dio”.
“Y para terminar, me gustaría dejar un mensaje a los actuales mackayinos. Nunca olviden que esos compañeros con los cuales compartes día a día tantos momentos, van a estar ahí para siempre”.