Francisca Ibaseta CON LA CAMISETA PUESTA

Contar lo que han sido estos 26 años de historia en el Mackay, es para Miss Francisca Ibaseta construir un relato que se viste de anécdotas y recuerdos.

“Llegué al Colegio en el año 1999 por esas casualidades que te pone la vida. Yo trabajaba en ese entonces junto a mi papá en su negocio, pero sentía esa necesidad de volver a lo que era la profesión que había estudiado. Un día me comentaron que buscaban una educadora de párvulo en el Mackay y decidí a postular. Fue el inicio de una historia que dura hasta hoy”.

Han sido varios los desafíos que Francisca ha debido enfrentar a través de los años, entre ellos la llegada de una pandemia que, para ella en lo personal, significó una etapa en donde tuvo que aplicar una gran dosis de ingenio en cada clase. “No era muy tecnológica y me acuerdo que me quedaba muchas veces hasta las 3 de la mañana para armar las dinámicas que permitieran a los niños aprender de manera entretenida y en las que pudieran, además, usar cosas que tenían en sus casas. Fue una época desafiante, pero que me gustó mucho”.

Con gran histrionismo y con una cercanía que los niños adoran, Francisca ha tenido a su cargo 26 generaciones. “Y con muchos de ellos mantengo contacto hasta el día de hoy, incluso con los alumnos con los estuve en el programa de CAS, en donde salíamos todos los martes y jueves a entregar alimentos a personas en situación de calle”.

“El Mackay ha sido mi casa, mi familia, ese lugar en donde me he podido desarrollar como profesional, pero también como persona. He tenido la suerte de ser parte de grandes equipos de trabajo y agradezco la oportunidad que también me han dado para perfeccionarme y estar a la vanguardia con los conocimientos. ¡El colegio es parte de mi vida!”.